domingo, 1 de febrero de 2015

gachas blancas

Voy a incluir, después de tanto tiempo, una receta manchega de arriba abajo, vegana en sí sin adaptación alguna, y para más inri desconocida en casi todos los rincones de La Mancha: las gachas blancas. Pues en casi todos los pueblos de la gran nación manchega al oír “gachas blancas” se piensa casi inmediatamente en gachas dulces, mientras que esta receta de gachas blancas salás, de patata, harina de trigo y caldillo colorao, guardada celosamente en las cocinas de Daimiel y rara vez transmitida al forastero, es una casi total desconocida. Y es una pena, porque es platillo pobre, invernal y contundente, que forra bien el estómago y da calorcico al cuerpo y al corazón. Vamos pues con ello.

Necesitamos:

  • ·         Una patata gorda
  • ·         Harina de trigo, a ojo, pero algo así como una orzá (lo que cabe en las dos manos juntas haciendo cuenco).
  • ·         Sal.


Para el caldillo colorao:

  • ·         Dos o tres pimientos secos
  • ·         Una cabeza de ajos
  • ·         Cominos
  • ·         Tomates en conserva (en aguasal o enteros de lata, lo que haya); algunas recetas lo llevan, y otras no.

Y vamos al lío.

Se cortan las patatas y se cuecen en una sartén o una olla baja, bien cubiertas de agua. Cuando están cocidas se les echa la harina. Cuanta harina es tema delicado, por lo que sé, pero la cosa tiene que quedar al principio como una sopa espesa, no como un puré. Se pone uno a darle vueltas con el huso (que es algo que casi nadie tiene, así que con la cuchara de palo) a fuego medio, siempre en la misma dirección. Y vueltas y más vueltas. La cosa se irá espesando poco a poco. No te olvides de echarle sal. Seguramente algo se pegará en el culo de la sartén, pero eso no es malo, porque lo pegao es lo más rico. Y venga vueltas: estarán hechas cuando estén espesas y se despeguen del borde de la sartén con cada vuelta.
las gachas ya casi casi (y vueltas y más vueltas)

El caldillo colorao: freímos los pimientos secos, sin que se quemen pero que salten bien en el mortero cuando estén fríos. Los sacamos y freímos los ajos, pelados y cortados a lo basto (guardamos un diente para luego). Cuando estén, añadimos los tomates cortados y escurridos de agua sobrante. Añadimos los pimientos fritos y majados en el mortero, y enseguida agua abundante. Molemos los cominos en el mortero, con un diente de ajo crudo, y se lo echamos a lo demás. Ponemos bien de sal y dejamos que cueza un rato.

Ajos, tomate y pimiento seco molío en el mortero: ahí se echa el agua.
¡Ya están! Las gachas con su caldejo. Rico rico.

Le echamos el caldillo a las gachas y ya está, a comer. Cuchará y paso atrás. ¡Que ustedes las gocen como yo las he gozado!
                                                                        

Seguramente haya algún error, espero que no muy grande, en la secuencia. Ruego a mi maestra que me lo haga saber si así fuera.

2 comentarios:

  1. uuuuhhhh!!! esto hay que probarlo!! :)

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  2. Hasta que he encontrado la receta. Pensando que era de mas sitios y solo la he encontrado de un o una paisan@.

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